Quién soy

Algarve lover

En 2017, con cero conocimientos de WordPress pero una ilusión desbordante, abrí este blog. Llevaba meses deseando tener un lugar en el que poder plasmar vivencias que, por mi situación de aquella época, comenzaban a multiplicarse.

Recuerdo perfectamente el momento en el que por fin vio la luz. Se inauguró con una entrada hablando del campo de concentración de Terezín, uno de los lugares que más me habían removido y golpeado hasta aquella fecha. Era la época en la que yo misma también comenzaba a abrirme a un mundo al que sin saberlo, había estado cerrada. Comenzaba a viajar, lo hacía sola y todo lo que podía. Saltaba de ciudad en ciudad y de país en país.

Desde que abrí este blog hay tantas experiencias que jamás olvidaré…: pude caminar 24 kilómetros para cumplir un sueño en Trolltunga, caminar entre druidas en Stonehenge, correr una media maratón en Budapest, enamorarme de Polonia con sus paisajes como el lago Morskie Oko, las espectaculares plazas con gnomos y pura magia de Wroclaw y la ciudad que pasaría a ser la más bonita que he visto hasta la fecha: Cracovia. Pude debutar viajando sola a París, y volver allí una década después con mi amor. Pude recorrer Croacia de norte a sur con mis amigas durante 12 días de risas, helados, lagos de un azul imposible y también un bofetón de realidad sintiendo la crudeza de la guerra en Mostar, Bosnia. Conocí pueblos de cuento al borde de lagos italianos. Me puse hasta arriba de gofres y bombones en Bruselas viendo los modelitos del Maneken Pis y soñé de noche por los canales de Brujas. Viví un otoño mágico en Varsovia, y un verano con un guisantito en la barriga años después. Uní 2 capitales y 2 países navegando por el Danubio entre Viena y Bratislava. Vi dragones en Liubliana y viví la magia de la navidad en Colmar. Miré al cielo bajo una Capilla Sixtina y atravesé cámaras de seguridad para llegar a La Última Cena. Recorrí en bici y patinete parques  y calles de Oslo. Me bañé en el Mar del Norte después de casi salir volando en Preikestolen. Descubrí el vino caliente en Basilea y el atardecer más bonito de mi vida al borde del lago Leman en Lausana. Me empapé en Irlanda buscando ciervos en Dublín, acantilados en Moher y calzadas de gigantes. Me volví loca en los mercados de Londres y un poquito de mí murió de pena en el campo de exterminio de Auswitchz. Viví la grandeza de la Acrópolis en Atenas y sufrí el síndrome de Stendhal en Florencia ;). Contemplé más de 100 torres en los tejados de Praga. Estuve en el balcón de Julieta, encontré a esa persona con la que convertir Oporto en mi ciudad de culto y otras tantas vivencias que he podido ir compartiendo por aquí.

Han pasado 5 años, 5 años y tantas cosas que de repente siento la necesidad de ampliar (que jamás borrar), está sección, porque al final soy la misma, pero el tiempo sí ha pasado. Mi ilusión por viajar sigue siendo pasión, la misma con la que durante 3 días sin salir de casa y durmiendo lo que la emoción me permitía, tutorial tras tutorial de Youtube, fui aprendiendo a manejar WordPress y a crear este espacio tan mío.

Espero que este blog siga creciendo y que tú lector, lo disfrutes y sigas de mi mano muuucho tiempo.❤

Mirador Monte Üetliberg. Suiza 2016. Fani Arias
Mirador Monte Üetliberg. Suiza 2016. Fani Arias

Me llamo Fani, y hoy, 14 de abril del 2017, después de muchos meses, por fin me decido a darle forma a un sinfín de notas, fotografías y experiencias, que he ido viviendo y recopilando a lo largo de estos años.

Estos últimos 6 – 7 han supuesto un antes y un después para mí.  A veces, sucesos negativos pueden llevarte a descubrir la cara más dulce de la vida; a descubrir lo que nos apasiona, lo que nos hace sentir felices y vivos. En mi caso eso es viajar: a miles de kilómetros, o a lugares a escasas horas, es lo de menos, solo sé que con una mochila, mis ojos, mi curiosidad y mis piernas que me llevan,  soy capaz de sentirme en una especie de mundo idílico en el que puedo olvidarme de todo y simplemente ser yo, sin preocupaciones ni miedos, y sentirme en paz.

Mi página es mi diario, nace con el objetivo de conservar cada vivencia y recuerdo que aquí escoja plasmar, para que cuando pasen los años y pueda leerlo de nuevo, sea capaz de revivir y sentir todas esas experiencias. Si aparte, alguna sirve a alguien de inspiración, o simplemente para evadirse unos instantes, ¡bienvenido sea!

Acompáñame entonces un ratito 😉