Cuando pienso en cuando nos decidimos a visitar Bosnia y descubrir qué ver en Mostar, no puedo evitar sentir emoción. No es la emoción divertida del día de la Blue Cave, ni la emoción al fascinarnos en Plitvice… Es una emoción diferente, de la que te pone un nudo en la garganta y te hace tragar saliva y coger aire. Esta emoción encoge tu corazón y te hace sentir compasión, lástima y también miedo. Son nuestros iguales los que hacen de este, un mundo a veces atroz.
En este post
QUÉ VER EN MOSTAR
Era niña y recuerdo a mi abuelo preocupado viendo la guerra de Bosnia en las noticias. También los cascos azules, aunque no entendía lo que significaba. Mis amigas recuerdan la caída del puente, símbolo de la ciudad que íbamos a visitar.
No hace ni 25 años desde que, entre croatas y serbios, Mostar se desangraba. Aquí convivían en paz musulmanes y católicos, antes de que Yugoslavia comenzara a desmembrarse. 12 de las 14 mezquitas fueron destruidas y deportaciones, violaciones y asesinatos, practicados para limpiar a Mostar de su comunidad musulmana.
Es septiembre de 2017 y los años han pasado, pero las marcas de aquella guerra siguen presentes en cada rincón.
CARRETERAS EN BOSNIA
Cuando mirábamos la distancia que había entre Split y Mostar, no entendíamos que unos 170 km pudieran llevarnos sobre 2h y 15. Lo achacamos al cruce de fronteras, pero después comprobamos que las carreteras en Bosnia son más bien malas. Diría que en general, la calidad de sus vías principales, o al menos de la zona que vimos, equivale un poco menos a la de nuestras carreteras nacionales.
Nos llamó la atención, la cantidad de viñedos que hay, así como los famosos puestos de fruta que veíamos en Croacia. Pero lo que de verdad empieza a introducirte en la historia del país, son el gran número de cementerios y símbolos religiosos que vas encontrando.
FRONTERA BOSNIA
Llegamos a la frontera sobre las 11:15 y el primer control para salir de Croacia fue muy rápido, tan solo nos miraron los pasaportes, en cambio en el segundo, para acceder ya a Bosnia, había más colas y nos llevó entorno a 15-20′. (Nota: ojo con lo que decís de o a los policías. La mayor parte de la población o habla o entiende nuestro idioma. Después os cuento por qué. Tuvimos una anécdota simpática, pero mejor saber estas cosas.)
MONEDA EN MOSTAR Y BOSNIA
En Bosnia se utiliza el Marco Bosnioherzegobino que viene siendo al cambio medio euro. Nada más pasar el control policial, encontrarás un peaje. Al no tener moneda cambiada, nosotras pagamos con tarjeta.
En Mostar fue sencillo pagar porque aceptaban tanto euros, como kunas o marcos. De todos modos, antes de saberlo ya habíamos pasado por el cajero y como mínimo 3-3’5 euros de comisión se llevan.
CAMINO DE MOSTAR
En Bosnia no teníamos datos así que utilizamos mapas sin conexión. De todos modos estaba bastante bien señalizado y ya al llegar a la ciudad, dejamos que los indicadores nos enviaran al centro histórico.
Antes de todo ello, antes de empezar a acercarnos más a ese núcleo, una visión nos dejó sin aliento e hizo que nos bajáramos del coche.
Todo el largo de la carretera que lleva a Mostar, hasta la ladera de la montaña a los pies de la que se asienta, es un cementerio. He visto cementerios mayores, pero la ubicación de aquel, tan expuesto, de tal envergadura… Era como un anticipo, un aviso de que allí había pasado algo que continuaba escrito en cada esquina, que no podríamos obviar ni olvidar.
QUÉ VER EN MOSTAR
Condujimos siguiendo los indicadores, hasta la zona del famoso puente Stari Most sobre el río Neretva. Allí había varios aparcamientos y dos caballeros, nada machistas ni burlones, pretendieron timarnos. Por lo que fuimos a otro por la misma zona, unos metros más alejado y en el que pagamos menos. Te aconsejo pedir el precio en todas las monedas y luego comparar.
Esa zona es como una pequeña aldea. Levantas la vista y realmente ves montañas, pequeñas casas, algunas de piedra y los minaretes de las mezquitas que se alzan sobre todo lo demás.
En esas calles estrechas, la vida discurre entre decenas de negocios en el que los locales venden todo tipo de productos. En esas calles, Mostar brilla, literalmente.
Entre lámparas, pashminas, bolsos y recuerdos de lo más variopinto, el turista se ve sumergido en un oasis de falsa calma.
Es muy bonito, pero sabes que esa no es la realidad del lugar, que hay más , mucho más y esto no es más que un disfraz. Una distracción para retenerte en esa zona lo máximo posible antes de que te des de bruces con un horror que tras apenas 25 años, sigue siendo palpable.
Un indicador de ello, son por ejemplo las tiendas con material bélico: gorros, máscaras, cuchillos, cargadores… Pero algo que me pareció de un gusto horroroso fueron las figuras hechas de balas. ¿En serio…?
¿QUÉ COMPRAR, QUÉ COMER Y EN QUÉ ZONA DE MOSTAR HACERLO?
A parte de los macabros souvenirs que te comentaba, la verdad es que en las tiendas de Mostar hay cosas preciosas y muy, muy baratas.
Es muy típico el cobre en todo tipo de objetos de adorno y joyas . Nos encontramos un artesano que en segundos hacía unas pulseras increíbles. En general la gente era amable, agradecida, sonriente… Este en concreto estaba un poco malhumorado, aunque lo más probable es que estuviera un poquito hasta el moño de que le hicieran fotos y lo rodearan constantemente para verlo trabajar.
En Mostar además, nos sorprendió la cantidad de gente que hablaba nuestro idioma, o que sin hablarlo lo comprendía. Este es uno de los legados que los soldados españoles dejaron durante su labor aquí. Nos dimos cuenta del cariño y la gratitud que sentían hacia ellos. De como fueron en aquel momento un motor, un refugio en el que las esperanzas de tantos niños y adultos pudieron sobrevivir.
Otra cosa que nos encantó fueron esas maravillosas y cálidas lámparas con ese aire árabe.
Encontrarás también láminas, objetos en piel como bolsos, ropa, pashminas…
El Stari Most o Puente de Mostar, con su superficie sorprendentemente inclinada y resbaladiza, une las dos orillas. Es uno de los símbolos más representativos de Mostar. En pie desde el S.XVI y tras su destrucción en 1993, también fue ayudado a reconstruir por ingenieros españoles.
COMER EN MOSTAR
Justo al travesar el puente, una calle similar a la que aquí nos condujo te hace ascender un poco más hasta una zona en la que verás varios locales para comer. Escogimos uno con mesas en la calle y nos quedamos allí.
En la foto no aparece, pero uno de los platos más típicos de Bosnia era el Burek, que es una especie de pastel hecho con pasta filo y que puede ir relleno de carne, queso o verduras. Como no les quedaba, nos fuimos a otras de las dos alternativas más famosas.
Los precios… Por 3 botellas de agua, 2 platos de cevapi, uno de dolma y un baklava para compartir, pagamos 15 euros ¡ 5 cada una! Y no nos quedamos con nada hambre. De hecho, incluso sobró comida.
Esto me recuerda la pobreza que íbamos a ver también en las calles donde realmente vive la población. Cuando todavía estábamos en la mesa, se acercó una mujer con un niño en brazos y otro caminando a su lado. No nos pidió dinero, nos pidió la comida que estábamos dejando. No sé explicar qué sentí. Pena por supuesto por una parte, pero también sentí vergüenza . Nosotras estábamos llenas y no haciendo ascos, pero sí desechando lo que para otros podía suponer su comida del día. Nos hicimos pequeñas y más humildes…
EL MOSTAR REAL
Después del bofetón de antes, decidimos alejarnos de nuestro espejismo turístico para adentrarnos en el corazón de Mostar. No hizo falta alejarse mucho para empezar a ser conscientes de lo que aquí se pudo sufrir.
Los 18 meses de asedio que Mostar sufrió, quedan para siempre tatuados en su esqueleto. Aquí las paredes sí hablan. Y lo hacen al estar derruidas, abandonas, escritas… Lo hacen a través de los agujeros de bala que salpican de arriba a abajo los muros de algunos edificios. Muchos de ellos, con las balas todavía en su interior.
La ciudad se recupera pero sigue todo tan presente… Caminamos en silencio gran parte de la tarde, abstraídas, recogidas … No pensábamos que visitar Mostar nos pudiera conmover así. Creo que hay cosas que aunque te golpeen, sacudan y afecten, hay que verlas para tomar conciencia. El primer cementerio que encontramos a pie de calle nos dejó hechas polvo.
Este en concreto era musulmán. Lápidas blancas, ordenadas, muchas con fotos en su exterior… Y aquel horrible número : 1993, 1993, 1993…
La fecha de defunción se repetía hasta la saciedad al lado de rostros aniñados de vivos arrancados de la vida con sus 20-30 años de media. Absolutamente desolador.
OTRAS PARTES QUE VER EN MOSTAR
Hay algo más intermedio, entre el «brilli-brilli» de las calles comerciales y la oscuridad de las más residenciales o circundantes.
El Haman , muy cerca del Stari Most, es un baño turco que estiman de la segunda mitad del S.XVI
Se nos escapó uno de los puntos clave, la Plaza de España. Nuestra intención era visitarla, pero el acúmulo de emociones y vivencias, hizo que se nos olvidara por completo.
Una placa grabada en el centro de la plaza, rinde tributo y conmemora la labor de los 22 militares españoles y un intérprete caídos en acto de servicio.
No hay una sola palabra con la que definir a Mostar , o yo no la tengo. Para mí son dos caras de una moneda que poco a poco se recupera. Por un lado esa cara joven, renovada, la que quiere volver a brillar, la turística. Y por otro la realidad del resto de zonas. Las marcas externas del dolor empezando a atenuarse a medida que todo se reconstruye. Y las del dolor interno, el de las personas que tienen todo tan presente, también en esa pobreza arrastrada a lo largo de los años…Ese probablemente no pueda olvidarse tan fácilmente.
Espero que os haya gustado este post de qué ver Mostar. Mostar sí ha sido de esos sitios que me han marcado a mí. Que me han hecho profundizar en su historia, en querer comprender… Aunque cuando de guerra se trata, es muy complicado hacerlo. Si estás pensado en si visitarlo, hazlo, juzga tú, vívelo tú. Y estoy segura de que parte de él se irá contigo.
Si has llegado a Mostar desde Croacia, en estos enlaces te dejo información sobre Zadar y su órgano marino; las cuevas de Barac con los pueblecitos de Rastoke y Petrcane; excursión en barco por la Blue Cave y la isla de Hvar; Split en 3 días; Dubrovnik; el encanto de Sibenik y Trogir y los increíbles Lagos Plitvice.
Impactan los Don´t forget!! Sobrecogedores los cementerios y la historia!! Aún así me gustaria volver
Un viaje muy gratificante e instructivo
Sí lo es Rosa. Creo que es algo que hay que ver por uno mismo. Gracias por tu comentario 🙂
Qué bien comimos en Mostar! Los mici y los cevapi mmmmmm jajajajaj nos encantó Bosnia, qué país tan precioso. Ha sido genial poder recordarlo a través de tu post. Un lujo haberme tropezado con tu blog. Un saludo!
Muchísimas gracias !! Me alegro de que os haya gustado 🙂
Acabas de crearme la necesidad de conocer este pueblo y este país.e ha encantado cómo has descrito tus impresiones personales al estar allí, sin duda es lo que más llega al lector.
Enhorabuena por este pedazo de post! Con tu permiso, voy a compartirlo en nuestro muro de Facebook!
Muchísimas gracias! Me alegro mucho de que os haya gustado💛💛