Si eres un amante de la navidad, de su espíritu, sus luces, su gastronomía, sus olores… hasta que no pises los mercados navideños de Centroeuropa no sabrás realmente con la intensidad con la que puede vivirse. Hace dos años, hice el mismo recorrido que esta vez con una amiga descubriendo un día qué ver en Basilea, y otro recorriendo Colmar y Mulhouse. Basilea en navidad, llena de mercados y de luz, todavía es más bonita de lo habitual.
En este post
DEL AEROPUERTO AL CENTRO DE BASILEA – TRANSPORTE EN BASILEA
Llegar al centro es facilísimo y bastante rápido. Justo al salir de la terminal, a unos metros a mano derecha te encuentras una parada de bus. El bus 50 te lleva directamente a la estación de tren Bhanhof SBB y una vez allí hay un montón de tranvías.
En Basilea el transporte público es gratuito si te alojas allí. En el propio hotel te darán una tarjeta que acredite esta condición y que te permita viajar sin coste. Para el bus 50, puedes mostrar tu reserva del hotel al conductor o comprar el billete en el interior del bus o en las máquinas de la parada si no es tu caso. El transporte en la ciudad es exquisito y tiene una puntualidad escrupulosa. Nos encantó.
Lo bueno de esas fechas es que puedes disfrutar de la ya de por sí bonita Basilea, con el plus de belleza que le añade la decoración navideña y sobre todo los mercados de Navidad.
Lo primero que vimos al llegar a la ciudad fue el Centro de Congresos de Basilea. Este es el más grande de Suiza y su aspecto te va sorprender. Un gigante árbol de Navidad ocupaba el centro de la explanada principal. Si levantas la vista, podrás ver el cielo en el despejado centro de esa estructura cónica cuya imagen recuerda un poco a un panal de abeja.
Nuestro hotelito estaba a escasos 300m. Calentito, buen desayuno, personal amable, céntrico… El Hotel Rheinfelderhof fue todo un acierto. Después de descansar y de abrigarnos, salimos dispuestos a perdernos por esta maravilla suiza.
El famoso puente Mittlere Brücke, inaugurado en 1226, enlaza las dos orillas separadas por el Rinh. El paisaje de ambos lados transmitía quietud y paz.
Este puente no es el original ya que al introducir el tranvía eléctrico tuvo que ser modificado. En el centro te llama la atención una copia de la antigua capilla que había en el primero.
Uno de los primeros atractivos fue Marktplatz. Es enorme, preciosa y tus ojos se irán sin duda al edificio del Ayuntamiento.
Su fachada anaranjada, con motivos pintados, esa torrecita dorada sobre el reloj central y la gran torre de su derecha hacen de él la estrella de la plaza. Puedes acceder a su bello patio interior en el que un gran árbol de navidad es el protagonista.
En una mesita, verás un libro enorme en el que cada viajero plasma sus deseos, sus dedicatorias… Por su grosor parece que recoja mensajes de montones de años atrás, pero yendo hacia las primeras hojas verás que tan solo son de unos meses.
Detalles similares se pueden ver en las calles. Aquí está por ejemplo este arbolito repleto de hojitas en distintas lenguas.
La otra vez que estuve aquí, dejamos el nuestro ya que había una mesa justo al lado con todo lo necesario. Esta vez imagino que era por la lluvia o por lo cargadito ya de las ramas, que no tuvimos esa posibilidad.
De la plaza del ayuntamiento, sale la calle Freie Strasse que a rebosar de tiendas de ropa, perfumerías… Es una de las más comerciales de Basilea.
Nosotros estuvimos un domingo, con lo que estaban cerradas pero se podían intuir el volumen de personas que puede tener en un día normal. Une además, la plaza con el inicio del mercado de Barfüsserplatz. Muy cerquita, se encuentra el Centro de Información Turística y el Museo Histórico de Basilea.
Caminando por Basilea irremediablemente te pararás cuando te cruces con alguna de sus fuentes, con edificios o incluso puertas de hogares que llamarán tu atención.
O con murales como este en el que las figuras más significativas de la música mundial se encuentran casi fielmente representadas.
Una de las cosas que más me sorprende es la decoración al alcance de la mano. Luces, adornos, bolitas de navidad…y lo respetuosa que es la gente: nadie se las lleva, nadie las rompe, las mantienen cuidadas… Lo normal debiera de ser esto y no que nos sintiéramos extrañados. Toda mi admiración para el civismo de este país.
MÁS COSAS QUE VER EN BASILEA
En el corazón de Basilea, y siendo el centro del mercado de Münsterplatz, se alza la Basler Münster o Catedral de Basilea.
Fue reconstruida en estilo gótico a finales del S.XIV tras el terremoto que sufrió la ciudad y, sus torres de 62 y 64 nos la hicieron visible desde mucho antes de acercanos a ella.
Un poco más alejado del centro histórico, aunque nada está lejos en Basilea, está la puerta Spalentor. Es uno de los 3 accesos que existían en la muralla de la ciudad en el año 1400.
Hay dos mercados navideños principales en Basilea situados en las plazas Barfüsserplatz y Münsterplatz, junto a la catedral. Este 2022, ambos están abiertos desde el 24 de noviembre hasta el 23 de diciembre. Por las mañanas ambos inician su actividad a las 11 horas y por la tarde cierran a las 20:30. El 23 de diciembre Münsterplatz cierra as las 18 horas y Barfüsserplatz a las 20 horas.
Los mercadillos de navidad de Basilea son luz, ilusión… Caminas entre adornos, delicias culinarias, una iluminación preciosa, canciones en algunos puntos, vino especiado calentito, lugares en los que hacerte fotos… Si no lo has vivido nunca, tienes que hacerlo. Ahí la navidad se vive con una intensidad con la que aquí no estamos acostumbrados.
MÜNSTERPLATZ
Subiendo por una callejuela de suelo empedrado, con más de una galería de arte en las tiendecitas de sus laterales, se llega al mercado de Münsterplatz. Esta es la plaza donde se ubica la catedral de Basilea. Esferas de luz visten las ramas de unos árboles en esta época del año ya prácticamente desnudos.
Este mercado tiene una parte genial si vas a visitar Basilea en navidad con niños. A parte de los puestos de comida, vino especiado, adornos, ropa… Hay una zona en la que podrás sentarte alrededor del fuego mientras asas nubes en un palito como en las pelis americanas y, otra con multitud de talleres de todo tipo.
Los niños pueden hacer galletas, adornos, incluso utilizar un torno para dar forma a la madera. Me pareció súper original.
BARFÜSSERPLATZ
Este es el mercado de navidad más grande de Basilea. Ocupa no solo la plaza, si no también sus calles aledañas y en él podrás encontrar hasta una pequeña noria. Para mí, es el mejor sitio y que más puestos tiene para comer. Incluso si no encuentras hueco en sus mesas, hay paradas de tranvía al fondo de la plaza con bancos en los que podrás descansar (desde ahí está tomada la foto).
Aunque esos son los principales mercados navideños de Basilea, encontrarás pequeñas joyas en forma de puestecitos en muchos otros puntos de la ciudad. Este en concreto que vimos ya de noche nos fascinó.
Toda la calle está llena de caravanas, furgonetas, algún vagón de tren… Reconvertidas en pequeños restaurantes. Podías entrar en ellos y cenar entre la calidez que su sola figura provoca y la añadida por las luces y esos olores dulces de la Navidad en Centroeuropa. 🙂
Si te ha gustado esta entrada sobre qué ver en Basilea en un día navideño y quieres saber más sobre qué comidas y dulces típicos degustar, te lo cuento en este post: ¿Qué comer en los mercados navideños de Suiza y Alsacia?.
Si te ha gustado lo que has leído sobre los mercados de Navidad de Basilea, dispones de más días en la ciudad y quieres hacer una excursión cercana, te recomiendo encarecidamente esta: Colmar y Mulhouse. Poco más de 30′ en tren y sentirás que te sumerges en un verdadero cuento navideño. ¡Es INCREÍBLE!