La Plaza de San Pedro y la Capilla Sixtina de Miguel Ángel, son algunos de los lugares más famosos del Vaticano, de Roma y de todo el mundo. En esta entrada te voy a hablar sobre nuestro día visitando ambos, los Museos Vaticanos, la Basílica de San Pedro y la necrópolis subterránea.
En este viaje no pudimos ser nada previsores porque hasta el último momento tuvimos un poco en el aire el poder ir o no. Así que, al igual que nos pasó en el Coliseo, tuvimos que reservar con una agencia el acceso a los Museos Vaticanos.
En este post
BASÍLICA Y PLAZA DE SAN PEDRO. EL VATICANO
PLAZA DE SAN PEDRO
Para mí una de las imágenes más bonitas de Roma es la de la inmensa Plaza de San Pedro con la Basílica al fondo. Recorre la Vía della Conciliazione, que desde el Castillo de San Ángelo aquí conduce, sitúate en el centro, siéntate y deléitate.
Esta plaza es obra del conocido artista Bernini y su construcción data del S.XVII.
Ahora lleva la vista a los laterales: la parte oval de la plaza, está limitada en ambos lados por dos semicírculos de 4 hileras de columnas, unidas por una balaustrada con más de 140 esculturas de santos en la zona superior. Camina por el centro hasta los puntos señalados en el suelo; desde esa perspectiva exacta, verás como las 4 hileras se aúnan.
En el centro de la plaza ya te habrás percatado del obelisco. Este gigante de 25 metros de altura, fue traído de un circo romano de Egipto. Fue al lado de este llamado «testigo mudo», donde se crucificó a Pedro.
BASÍLICA DE SAN PEDRO
Las basílicas mayores son las iglesias en las que misa el Papa; solo hay 4 en el mundo: 3 en Roma, la cuarta ante ti.
Más de 100 años fueron necesarios para construir esta iglesia Pontificia renacentista y barroca entre los siglos XVI y XVII. Su cúpula roza los 136 metros de altura haciéndola dueña de los horizontes de Roma. Es la iglesia más grande del mundo y en su interior, a lo largo de sus más de 2 hectáreas de superficie, vas a encontrarte entre decenas de esculturas y capillas, una que contiene los restos de San Juan Pablo II. También la famosa escultura de Miguel Ángel: La Piedad.
Me pareció preciosa: muy luminosa; con esos techos altos cargados de motivos dorados; la ornamentación, que no se hace excesiva como en otras iglesias de estilo similar… Otro de los puntos que te llamará la atención, es la estructura que cubre el altar mayor.
El baldaquino es también obra de Bernini. Forjado en bronce, con sus más de 28 metros de altura entre las columnas y el dosel, resalta no solo por su envergadura, si no también por lo labrado de cada centímetro.
En la parte subterránea de la Basílica de San Pedro podrás visitar también algunas de las tumbas papales.
ENTRADA A LA BASÍLICA DE SAN PEDRO. ¡QUE NO TE ESTAFEN!
La entrada a la Basílica de San Pedro y a las tumbas es gratuita; la entrada a la cúpula sí que deberás de abonarla y el precio depende de si subes a pie o en ascensor.
Cuando llegues a la plaza, verás una cola que saliendo de la puerta de la basílica, casi la rodea en sus 3/4 partes. Antes incluso de que llegues a ella, te verás abordado por un montón (pero UN MONTÓN) de personas que te van ofrecer «entrada sin colas» por una pasta, asustándote con que de no contratar con ellos, esperarás 2-3 horas. Ni caso. Cuando llegamos nosotros la cola ocupaba media plaza; impacta, pero era rápida y en 25′ estábamos dentro.
No obstante, si prefieres hacerte con antelación con una de estas visitas, en los siguientes enlaces puedes encontrar una entrada sin colas y con audioguía, una visita guiada a la Basílica, y un tour por la Basílica de San Pedro y la necrópolis.
NECRÓPOLIS DEL VATICANO
La primera vez que visité Roma, también visitamos la Necrópolis Vaticana. Se trata de un recorrido guiado por el subsuelo vaticano y de la Basílica de San Pedro, llegando incluso a la tumba original del apóstol ubicada bajo el altar mayor.
La visita dura entorno a una hora y media y está limitada a unos pocos visitantes al día, por lo que has de reservar con bastante antelación. Puedes hacerlo en este enlace de su página oficial aportando los datos que te solicitan (número de participantes, lengua, nombres…). Creo que merece la pena por lo curioso e histórico, y por ser una visita tan diferente.
MUSEOS VATICANOS Y CAPILLA SIXTINA DE MIGUEL ÁNGEL. ENTRADA
Lo ideal es madrugar y llegar a la taquilla con antelación a la hora de apertura. Esa es la forma más económica y con la que pagarás 17 euros por cada entrada. En la web oficial de los Museos Vaticanos puedes ver todas las opciones de precios e incluso por 4 euros más comprarlas online.
Si no has podido hacerte con ellas ni presencial ni online, tenemos el plan B, que será comprar entradas con otras compañías, bien en visitas guiadas, o bien con acceso y visita por libre. Esta fue finalmente la opción por la que optamos, comprando las entradas en la web de HeadOut. Quedas con ellos en uno de sus puntos de venta situados al lado del Vaticano, te llevan a la entrada saltándote el grueso de la cola (aunque unos 15′ al menos cuando fuimos nosotros nos tocó esperar igualmente) y una vez dentro haces la visita a tu ritmo.
MUSEOS VATICANOS
A lo largo de distintos edificios, galerías y jardines, podrás admirar el poder hecho esculturas, cuadros, tapices, frescos… En el S.XV comenzaron a construirse los Museos Vaticanos albergando posesiones de la Iglesia, de poderosas familias de la época que solían contar con alguno de sus miembros dentro del clero, y con descubrimientos hallados durante las excavaciones en su subsuelo. Afamados artistas del Renacimiento como Boticelli, Miguel Ángel o Perugino, dejan su huella en este imprescindible lugar.
Uno de los puntos más fotografiados es esta famosa escalera de caracol, pero no nos vamos a engañar, todos queremos llegar a una de las obras más espectaculares no solo de Miguel Ángel, si no también de toda una época.
CAPILLA SIXTINA DE MIGUEL ÁNGEL
Casi al final de nuestro recorrido por los Museos Vaticanos, conseguimos llegar a esta joya de la pintura y de todo un movimiento artístico. Lo primero que me llamó la atención de la Capilla Sixtina fue su forma: no sé por qué siempre me había imaginado una cúpula, y sin embargo, la forma de la estancia es rectangular con un alto techo abovedado.
La Capilla recibe su nombre del Papa Sixto IV desde que encargó su restauración en el S.XV. Si te preguntas quién la pintó, fue Miguel Ángel el encargado de decorar esta bóveda, mientras que artistas como Boticelli, Perugino, o Cosimo Rosselli, se habían ocupado previamente de los laterales del altar. En esta capilla es donde se realiza el cónclave para la elección papal.
Hay muchísima gente en la sala y el personal del museo no quiere que te quedes estático mirando, has de caminar y moverte para seguir dejando paso al resto de visitantes. Eso hace que no puedas contemplar con todo el detenimiento que quieras pero podrás disfrutarla igualmente. Tampoco te van a permitir hacer fotos o grabar vídeos.
Entre 1508 y 1512, Miguel Ángel cubrió con imágenes como la anterior, la bóveda de la Capilla Sixtina. En la zona central, los frescos narran las 9 historias del Génesis; La Creación de Adán o El Juicio Final son unas de las más famosas.
Tanto la visita a los Museos Vaticanos con la Capilla Sixtina de Miguel Ángel. es de las imprescindibles de Roma, así como a la Plaza de San Pedro y a la preciosa basílica.
Si quieres conocer más datos sobre el Coliseo, el Foro Romano y parte del centro, pincha en este enlace. Si continuas conociendo Italia, en estos otros también te dejo información sobre Venecia, las Islas de Venecia: Murano, Burano y Torcello, Pisa, Milán, Turín con su Sábana Santa, Bolonia y porqué es la Ciudad Roja, y la ciudad de Romeo y Julieta: Verona, con su Lago di Garda.