Un embalse, un pueblo sepultado que resurge cada vez que el cauce del río Miño decae. Un pueblo nuevo, un Puente Nuevo que los peregrinos cruzan con ilusión deseosos de llegar a su albergues y a sus calles. Te cuento qué ver en Portomarín y en qué albergues dormir. Además, un relato muy especial escrito ya hace unos años.
La entrada que estás a punto de leer fue escrita hace nada más y nada menos que 5 años. Nunca llegué a publicarla y todavía no entiendo por qué, tal vez no me parecía lo suficientemente buena, o era poco informativa y muy reflexiva. El caso es que hace unos días volví a este pueblecito tan cercano a Lugo, me acordé de ella, volví a leerla y me encantó recordar aquella tarde, mis inicios con el blog… Hoy la recupero, y la completo y actualizo también. Si quieres ir directamente a qué ver en Portomarín, o en qué albergues dormir en Portomarín, pincha en el índice. 🙂
En este post
LA HISTORIA ORIGINAL
«18:28 horas, 25 grados. Tarde calurosa: shorts , camiseta y gafas de sol. Los grillos son los dueños del silencio en la ribera del Miño, y por supuesto lo deshacen a su antojo. La brisa refrescante da un respiro al bochorno que aquí se respira. En Portomarín no es verano pero lo parece. Es Jueves Santo y decenas de peregrinos cruzan a Ponte Nova deseosos de llegar al albergue para descansar, (o a una terracita a tomarse unas cañitas reponedoras, creo que las dos cosas). Sonrisas de satisfacción en sus caras; se paran a hacerse fotos, ¡y es que el paisaje lo merece!.
Tan cerca de casa y solo había venido aquí en bici. Las vistas desde el puente y la sensación de inmensidad y tranquilidad compensan la dureza del camino.
En el centro del pueblo se concentra el bullicio y las terrazas están a rebosar, pero a mí me gusta más la calma, o al menos eso venía buscando hoy. Paseo rápido por las callejuelas, pinitos con mi Canon en la Iglesia de San Xoan y el cuerpo me pide buscar un lugar más alejado y escribir.
Encuentro un jardincito en la parte baja: una alfombra de césped y margaritas protegida por un techo de árboles resulta el lugar más atractivo para descansar. A mi derecha, la arboleda se despeja dejando unas vistas magníficas del río; de frente, una especie de mirador en el que se lee el nombre del pueblo, también supone un buen balcón a través del cual disfrutar. Me gusta este sitio, vale que las pintadas no dejan de ser otra forma de vandalismo, pero estas para mí son también historia. Historias de peregrinos que sienten la necesidad de dejar de algún modo su marca: el que camina “porque puede”, “por su madre»; el italiano amante del fútbol y las cerves; la parejita enamorada; el compositor bohemio… Los motivos que llevan a cada uno a realizar el Camino también es un tema que me parece súper interesante, pero en otro momento profundizaré. Las historias de las personas son alucinantes y se puede aprender muchísimo de ellas.
Este mediodía, después de comer con la family, estaba en el jardín al sol. Buen plan, pero tanto relax termina por aburrirme y el libro que tenía en mis manos, ambientado en la Ribeira Sacra, me encendió una lucecita y aquí me vine.
Portomarín es un pueblecito de la provincia de Lugo cuya historia siempre me resultó muy curiosa: en 1962, la construcción del embalse de Belesar, dejó decenas de casas sepultadas bajo las aguas del Miño. El pueblo nuevo, se trasladó al vecino Monte do Cristo y las piedras de su iglesia, la iglesia románica de San Xoan, fueron numeradas una a una y reconstruida esta en el nuevo emplazamiento. Un trabajo de chinos, me imagino, pero realmente romántico.
Cuando el caudal del río desciende, antiguas ruinas quedan de nuevo a la vista, suponiendo un reclamo añadido. Hoy estaba alto, por lo que veías gente aprovechando la coyuntura y haciendo desde kayak hasta esquí acuático, (mi culo inquieto y yo sentimos mucha envidia, también de una pareja de paseaba a caballo).
La zona también es conocida por los viñedos y la pesca. Justo en este lugar, los que vi no me parecieron de los más espectaculares, en otros puntos me gustaron más, pero el encanto principal es que no son extensiones de terreno llanas, si no en cuesta: son bancales casi verticales que ascienden las laderas bordeando el río.
En cuanto a la pesca, no controlo las épocas en las que se puede practicar o no, pero hoy era sin duda uno de esos días. Un poco antes de llegar a Portomarín, se agolpaban coches a ambos lados de la carretera y a unos metros siguiendo un sendero, había decenas de personas con sus cañas: familias enteras y pescadores más solitarios sentados al sol, contemplando las punteras, concentrados en su tarea o absortos en sus pensamientos.
De vuelta a casa pude ver una puesta de sol preciosa sobre un campo inmenso, pero la cámara y yo no acabamos de entendernos y no fui capaz de captar toda su belleza.
Qué bonita es Galicia y cuánto disfruto de su naturaleza. A veces lo que tenemos más cerca es lo que más descuidamos y en días así, te das cuenta de que no hace falta hacer siempre grandes viajes ni grandes planes; un paseo a 20 minutos de donde vives, viendo con ojos curiosos o de un turista más, te hace pasar una tarde de lo más entretenida, ¡oye!»
QÚE VER EN PORTOMARÍN
En el relato original te dejo entrever varias cosas cruciales que ver en Portomarín, pero paso a contarte con más detalle a continuación.
IGLESIA DE SAN JUAN O SAN NICOLÁS Y AYUNTAMIENTO
La plaza principal es una de las cosas que ver en Portomarín sí o sí, y en ella se encuentran la iglesia de San Nicolás justo al lado del ayuntamiento. Esta iglesia de estilo románico fue construida originalmente en el siglo XIII, y a mediados del XX, con la construcción del embalse, fue trasladada piedra a piedra hasta su emplazamiento actual. Fue a principios de ese siglo en que se declaró también Monumento Histórico–Artístico.
CENTRO DE PORTOMARÍN
Restaurantes, cafeterías, supermercados, albergues, y mucha vida se concentran en el corazón de la preciosa villa de apenas 500 habitantes. Camina despacio por sus calles disfrutando de todos sus recovecos.
JARDÍN DOS PARABÉNS Y LETRAS DE PORTOMARÍN
Esta es la zona ajardinada de la que te hablo en el relato. Es un espacio verde, con sombras, césped, algún banco y un mirador precioso a todo el río. Unas letras muy fotogénicas con el nombre de la villa también están muy cerquita.
PUENTE NUEVO Y PUENTE ROMANO
La sequía que caracteriza a este verano ha dejado al descubierto el precioso puente romano de Portomarín. Este puentecito había sido reconstruido en 1933, después de que una riada destrozara buena parte de él años antes.
El Puente Nuevo fue construido sobre las aguas del embalse a principios de los años 60. Es uno de los últimos lugares que separan a los peregrinos del descanso, tras el fin de esa etapa del Camino.
MÁS COSAS QUE VER EN PORTOMARÍN
CAPILLA DAS NEVES
Tras atravesar el Puente Nuevo sobre el río Miño, encontrarás este otro que cruza la carretera nacional. Numerosas escaleras te acercarán un poco más al centro del pueblo, pero sobre todo a esta Capilla das Neves. Esta también fue reubicada tras la construcción del embalse, ya que antes pertenecía al hospital. Una construcción de lo más curiosa.
El puente es un arco del primitivo puente que cruzaba el Miño en la época de los romanos. Fue destruido durante el medievo pero este arco se conservó y llega hasta nosotros como se ve en la imagen.
MIRADOR ESTRELLA DE LOS DESEOS
Esta pequeña atracción es relativamente nueva. La encontrarás subiendo la escalinata del punto anterior. Inmortaliza tu visita con estas impresionantes vistas de fondo.
EL PUEBLO SUMERGIDO
Si visitas Portomarín cuando la capacidad del embalse es muy baja, tendrás la suerte de poder descubrir el antiguo pueblo. Se conserva espectacular su viejo puente romano, tan pequeñito al lado del moderno y al mismo tiempo tan grande. Asoman también los caneiros de los pescadores, el malecón…y estructuras de muchas de las casas a los lados.
CAMPANA DE LA LIBERTAD
Del lado opuesto del Puente Nuevo se ha instalado una campana. Los peregrinos han de tañerla anunciando su llegada a Portomarín, y ¿sabías que hay una igual en O Vicedo? Si tocas esta campana te estás comprometiendo también a hacer la ruta de Fuciño do Porco.
ALBERGUES PARA DORMIR EN PORTOMARÍN
La oferta de albergues en Portomarín es bastante amplia, ya que es una de las villas por donde pasa el Camino de Santiago Francés. A continuación te dejo algunos de los más valorados:
- PORTOHOUSE: es precioso. Tiene varios apartamentos con capacidad de hasta 5 personas, barbacoa, jardín privado…y a solo 400 metros del centro del pueblecito.
- CASA DO MAESTRO: en el corazón de la villa. Terraza cuidadísima con vistas a la iglesia principal, habitaciones dobles y una estética elegante hacen de este uno de los preferidos de las parejas que visitan Portomarín.
- OS ARCOS: apartamentos nuevos bien equipados, con aire acondicionado y capacidad para 5 personas. Muy céntricos y cuidados.
- ALBERGUE FERRAMENTEIRO: una opción muy económica y con el encanto de un albergue en el que compartirás dormitorio, baño, salón, jardín… con otros viajeros.
- CASA GRANDE PORTOMARÍN: si sois un grupo grande, esta es una opción maravillosa ya que tiene 7 dormitorios y gran capacidad. También céntrica, con jardín, terraza…y puedes llevar a tu mascota.
Si te ha gustado esta entrada sobre qué ver en Portomarín y quieres conocer más nuestra provincia, te dejo estas otras con una completa guía para visitar la ciudad de Lugo, el Castro de Viladonga, el Castillo de Pambre, la preciosa Ruta das Chousas o la ideal para visitar con niños Ciudad de las Hormigas.
