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COMPRAR ENTRADAS PARA EL COLISEO ROMANO
Lo ideal es llegar al Coliseo antes de que abran y comprar las entradas allí mismo, es la forma más económica. De este modo te costarán 12 euros (gratuito para menores). En la página de Rome Museum puedes comprarlas por 16 euros con antelación y escoger la hora que mejor se adapte a ti. En estos enlaces tienes también visita guiada al Coliseo, Foro Romano y Palatino, otra que engloba estos 3 más la arena de gladiadores y un tercero en el que te permiten también la visita a la parte subterránea del monumento.
Si ni llegas con tiempo a la cola, ni te apetece comprar nada con antelación, como te decía antes, en los alrededores del Coliseo te abordarán los trabajadores de un montón de empresas para llevarte en sus visitas guiadas. Los precios rondan los 40 euros y suelen incluir la entrada con guía al Coliseo, Foro Romano y Palatino. Te dirán que es sin colas y te saltarás la general, pero aún así vas a tener que esperar un poco. Como en este viaje no pudimos llevar las cosas ataditas con antelación, esta fue finalmente la opción con la que visitamos nosotros la zona.
HISTORIA DEL COLISEO ROMANO
Nuestra visita al Coliseo comenzó con nuestro guía Paolo transportándonos a la antigua Roma, en concreto a cuando los guerreros romanos volvieron de Jerusalén con 15000 esclavos y 3 toneladas de oro. Esto se tradujo en solo 8 años para construir el imponente edificio.
La entrada era gratuita, aunque en el interior plebeyos, mujeres y clases altas se dividían. Acudían para ver las cacerías: animales y gladiadores iban apareciendo en la arena, subidos desde el subsuelo con elevadores. Los mismos que cuando finalizaba el espectáculo, o más bien la carnicería, volvían a hacer descender todos los restos dejando la arena impoluta en 15′. Después tocaba el turno del criminal. Lo subían desnudo y maniatado. Lo dejaban correr mientras se burlaban de él, y cuando estaba agotado dejaban que salieran los leones y se ocuparan de él. Tremendo.
La jornada terminaba con los gladiadores: lucha encarnizada hasta que uno de ambos perdía. Si el combate había sido del gusto del público, el perdedor, con la decisión siempre final del emperador podía salvar su vida. Nada del pulgar alto o bajo, el gesto que terminaba con su vida era un pulgar que recorría la mandíbula por la zona de la yugular. El ganador salía por la porta trionfale.
Como curiosidad, cuando el cristianismo se hizo la religión oficial, trataron el convertir el Coliseo en una iglesia. Para los cristianos, después de tantos años de persecución y de haber sido masacrados para el divertimento de los paganos, esa era la casa del diablo. Hasta que el Papa convirtió esa porta trionfale en una puerta santa, creo que la única del mundo. El besar la cruz de su muro limpiaba tu alma por 40 días. Imaginaos la cola al día siguiente.
EL ARCO DE CONSTANTINO
Al terminar esta visita fuimos a descansar un ratito en una sombra porque te churruscabas, de hecho nos quemamos un montón al estar tanto tiempo al sol. Esta sombra nos la daban tanto unos árboles cercanos como el propio Arco de Constantino. Este gigante de 21 metros de altura conmemora la victoria de Constantino I en la batalla de Milvio. Fue este emperador el que legitimó el cristianismo en el Imperio romano.
EL FORO ROMANO
Llegó Rodrigo, el siguiente guía y nos fuimos al Foro Romano. Este era el corazón de la antigua Roma, la plaza principal en la que la gente acudía al mercado, a socializar o a escuchar a oradores, políticos… que aquí emitían sus discursos. En una sociedad en la que apenas unos pocos sabían leer y escribir, esto era muy interesante. Aquí te encontrarás múltiples arcos, basílicas y templos. La historia de uno en concreto me gustó. Este era el Templo de Antonino y Faustina.
El emperador Antonino lo construyó para divinizar a su fallecida esposa Faustina. La comparaban en belleza e inteligencia con Cleopatra. Antonino vivió 20 años sin ella y sin superar su pérdida. A su muerte, el siguiente emperador decidió que no podía separarlos, por lo que en vez de crear otro templo para divinizarlo a él, añadió una segunda inscripción a la previa: Divo Antonino et Diva Faustina.
Justo al lado también está el segundo edificio mejor conservado de Roma: la basílica de los santos Cosme y Damián con más de 1300 años de antigüedad.
Como anécdota te advierto de que cuidado con lo que comes durante la visita al Foro Romano. A una de las chicas de nuestro grupo, una gaviota le quitó una palmera directamente de la mano.
PLAZA VENECIA, MONUMENTO A VICTOR MANUEL II Y COLUMNA DE TRAJANO
Estas visitas nos llevaron toda la mañana. Al terminar fuimos a la Plaza Venecia, donde vimos el palacio del mismo nombre y uno de esos edificios que hacen que te quedes con la boca abierta. El monumento nacional a Víctor Manuel II o Altare della Patria se alza imponente con sus columnas en semicírculo y sus estatuas ecuestres en la parte más alta de sus extremos. En el centro, tras las verjas oscuras que contrastan con la blancura del mármol del resto de la construcción, se encuentra la escultura de Víctor Manuel, el primer rey de Italia tras su unificación.
A la izquierda dos enormes iglesias de cúpulas redondeadas ( la Iglesia de Santa María de Loreto y la del Santísimo Nombre de María) ante las que se alza la columna de Trajano y un poquito por detrás las ruinas del Foro de César.
La Columna de Trajano ( a la derecha en la imagen) de 38 metros de altura, preside el Foro desde hace 1.900 años conmemorando las victorias del emperador sobre la Dacia.
Comimos en una terracita en esa plaza. Un plato de antipasti para compartir y un segundo de pasta. Buenísimo. Tiramisú de postre, aunque el mío me lo reservé para tomarme helado, o más bien ,heladazo sentados en la Fontana di Trevi.😋😋😋
El precio por plato en esta zona rondaba los 12-15 euros y la comida deliciosa. Aunque otro día también comimos en la zona de Termini y a igual calidad los precios eran un poco más de la mitad, mucho más económico.
MUSEOS CAPITOLINOS: DONDE COMPRAR LA ENTRADA
Después de comer nos dirigimos a la colina Capitolina. Aquí, en la Plaza del Campidoglio, a parte de encontrarse la sede del Ayuntamiento de Roma, también lo hacen los Museos Capitolinos.
Fuera, una réplica de la loba que amamantó a los gemelos Rómulo y Remo, fundadores de la ciudad sobre el monte Palatino. En su interior podrás ver la auténtica, así como otras muestras de escultura y pintura. La primera vez que estuve en Roma los visité aunque en esta ocasión no tuvimos tiempo. Las entradas pueden comprarse en la taquilla u online en la web oficial . Puedes reservar también una visita guiada a los Museos Capitolinos y sus alrededores aquí.
La plaza desemboca en una escalinata desde la cual, una boda que allí se celebraba, se veía preciosa.
ISLA TIBERINA
Nuestros un poco ya cansados pasos nos fueron llevando a la isla del Tiber. Las aguas marrones bajaban con una fuerza sorprendente por algún punto. En los viejos puentes, los artistas exponen su obra. Algunos se rodean de láminas que presiden con pinceles y acuarelas pero alguno me hace dudar de si realmente las ha pintado o es tan solo un reclamo. Candados de enamorados como en cada ciudad que he visto se unen unos a otros en estas zonas.
La isla es mínima, pero preciosa. Las vistas desde un puente al otro, a su vieja iglesia de piedra, a sus barcos… parece que camines dentro de otra época.
AREA SACRA
Continuamos para perdernos de nuevo en el centro. Los gatos de Area Sacra (ruinas de los templos más antiguos) siguen allí igual que los vi la primera vez hace ya 11 años.
Me entero después de que es ya un santuario para ellos, protegido por la Sociedad Protectora de Animales. Y después…
EL PANTEÓN DE AGRIPA
Mi padre y yo aprovechamos para entrar en una tienda en la que parece haber todo tipo de embutidos y fiambres italianos. Y así es. Por todas partes cuelgan jamones, salami y demás cosas que no sé diferenciar. La tienda tiene como 3 partes. En la última descubrimos una especie de bodega a un lado, charcutería al otro y unas mesitas muy cuquis en las que una pareja se encuentra cenando. ¡Qué rincón tan original!
Tanto esta placita como los alrededores son una parte de la ciudad que nos encanta. Seguimos caminando entre restaurantes que exponen setas, alcachofas y demás delicias acompañando a su menús en el exterior. Sus entradas, así como a las de las tiendas de esta zona están cuidadísimas: luces, flores, madera… que dan ese halo bohemio que te pide seguir vagando por sus callejuelas, descubriendo cada rincón.
FONTANA DI TREVI
Da igual el barullo; generalmente detesto los sitios tan atestados pero este es perfecto. Más de 26 metros de alto por 20 de ancho la convierten en la fuente más grande de Roma y para mí la más bonita. El agua ondea y desdibuja los cientos de monedas que de espaldas la gente arroja junto con su deseo: una moneda y volverás, 2 y conquistarás el amor de un@ italian@ y con 3 os casaréis. Aún así me sorprendió leer que cada año sacan de la fuente la friolera de un millón de euros. ¡A-lu-ci-naaa! Al final Trevi está llena de sueños y de ilusión, de sonrisas… El día anterior se nos hizo de noche y se iluminó, todavía es más bonita así.
Terminamos el día en Termini (muy apropiado😁) pagando una fortuna por unos billetes de tren para ir a Florencia al día siguiente. Cuidadito cuando estás en las máquinas porque hay individuos que se acercan tratando de ayudarte. Son insistentes, muy pesados, no se van, y después tratan de pedirte dinero por sus servicios.
Si continuas en Roma, en este link puedes ver otro post sobre El Vaticano y la Capilla Sixtina de Miguel Ángel. Si tienes pensado visitar más lugares de Italia, te dejo información en estos enlaces sobre Venecia, excursión a las islas de Venecia Murano, Burano y Torcello, Bolonia y por qué es «la ciudad roja», Turín con su Sábana Santa, la ciudad de Romeo y Julieta: Verona, la preciosa Milán, Pisa y su atardecer inclinado y el magnífico oasis que es el Lago di Garda.
Muy practico! Gracias por compartir!
Un placer! Gracias a ti por leerme Luisa 🙂