Dedicar un día a descubrir qué ver en Turín, fue mi plan de la tercera jornada de mi viaje. Tenía mucha curiosidad por ver esta ciudad y su reclamo principal: la Sabana Santa de Turín.
En mi segunda visita a Italia, recorrí Verona, Bolonia, Venecia y sus islas Murano, Burano y Torcello. Pero tenía ganas de conocer un poquito más, así que en octubre del año pasado, otra escapadita en solitario me llevó a Milán, a Turín y a la afamada Pisa.
QUÉ VER EN TURÍN
Desde Milán, tomé un tren muy tempranito para aprovechar el tiempo al máximo. Tenía mucha curiosidad por ver sobre todo la Catedral y la Sábana Santa. El resto de puntos de interés los había mirado un poco por encima, así que entré en cuanto pude en una oficina de información.
Al final del día descubrí que Turín tiene unas calles y plazas espectaculares, bonitos parques, interesantes edificios y palacios, un atractivo mirador y un bullicioso y vivo centro urbano .
RUTA DE UN DÍA POR TURÍN
Mi recorrido comenzó en la estación Torino Porta Nuova a donde llegué tras haber cogido un tren en Milán a primera hora de la mañana (Unos 12.5 euros y 2h de recorrido). Esta estación, tercera de Italia en lo que a afluencia de pasajeros se refiere, se encuentra en una bonita avenida, Corso Vittorio Emmanuele II.
Muy cerquita, se encuentra la Piazza Bodoni, en donde aquella mañana tenía lugar un mercado de productos frescos.
La Plaza Valdo Fusi no me pareció estéticamente muy llamativa, pero es conocida tanto por albergar festivales de jazz como por ser el punto de encuentro de montones de jóvenes para hacer skate o botellón a media noche.
Paseando por la zona atravesé el Parque Aiuola C.Balbo y la Plaza Cavour.
Seguí callejeando hasta llegar a una de las plazas más importantes de Turín. La Piazza San Carlo tiene casi 12800 metros cuadrados . Contiene en su centro el Caval ëd Bronz, dedicado al duque Manuele Filiberto y dos iglesias gemelas barrocas como monumentos principales.
En esta plaza también tuvo lugar en 1864 uno de los episodios más violentos de la historia de la ciudad. La población se reunió de forma pácifica para mostrar su disconformidad con el cambio de capital del país de Turín a Florencia. La manifestación fue reprimida con crueldad y se saldó finalmente con 184 víctimas a los que una placa conmemorativa, rememora en el lugar.
Continuando por Via Roma llegamos a una de las plazas para mí más espectaculares, tanto por su aspecto, como por su contenido y amplitud. La Piazza Castelo y la Piazza Reale son punto de confluencia de algunas de las principales calles de la ciudad y en ellas, en pleno corazón del centro histórico, encontraremos algunos de los lugares más interesantes que ver en Turín.
Uno de ellos es el Palacio Madama, Patrimonio de la Humanidad y una de las residencias de la Casa Real de Saboya . Es una construcción muy llamativa ya que según por donde la mires parece dos edificios diferentes: un palacio barroco por delante y un castillo medieval por detrás.
En sus orígenes fue una fortaleza y actualmente alberga el Museo Municipal de Arte Antiguo.
En las Piazzas Castelo y Reale también se encuentra el Palacio Real , con su armería, biblioteca, museo arqueológico y sus jardines en la parte posterior.
También es Patrimonio de la Humanidad y es la residencia más importante de la Casa de Saboya.
SÁBANA SANTA DE TURÍN
Muy cerquita, en la Piazza San Giovanni, está el Duomo, que es donde se encuentra la Sábana Santa de Turín.
Si soy sincera, esperaba algo mucho más grande, llamativo, no sé si ostentoso… Y en cambio me encontré con una catedral modesta, casi discreta, cuyo encanto, precisamente por ello, me encandiló.
La Catedral de San Juan Bautista empezó a construirse en el S.XV y es la única muestra de arquitectura renacentista de la ciudad. Aquí podemos encontrar la capilla de la Sábana Santa de Turín o Síndone, a la que se atribuye haber envuelto el cuerpo de Jesús tras su crucifixión.
No puedes verla directamente, está oculta y protegida tras cristales. Lo que sí muestran es una réplica.
Durante mi visita a la catedral , asistí a parte de una celebración aunque no sabría decir de qué se trataba concretamente. Varones que vestían túnicas blancas con capas azules formaban pasillo en la zona central, mientras que mujeres, en menor número, con las cabezas cubiertas con paños de encaje desfilaban por el centro.
Muy cerquita de la catedral se conserva una de las puertas de acceso a la antigua ciudad romana.
Después de unas fotos y un ratito de descanso al sol, decidí cruzar el río, así que de vuelta en la Plaza del Castillo tomé una de las arterias principales, Via Po. De camino, una enorme cúpula llamó mi atención, así que me desvié un poco para descubrir la Mole Antonelliana.
Si os fijáis en las monedas de 2 céntimos de euro italianas, podréis ver en su reverso dibujada su cúpula. Esta se eleva 167 metros y comenzó a construirse en 1863 con intención de ser una sinagoga judía. Este impresionante edificio, es uno de los principales de Turín y actualmente alberga el Museo Nacional del Cine.
Retomando mi camino por Via Po llegué a una de las plazas más amplias de la ciudad. Enfrente al Puente Vittorio Emanuele I, se encuentra la Piazza Vittorio Veneto.
Los soportales de esta plaza están repletos de cafeterías, restaurantes y terrazas. Las vistas hacia la zona del río Po son preciosas.
Crucé el puente para llegar al mirador ubicado en el Monte dei Cappuccini y me encontré con otro mercado lleno de curiosidades y un ambiente realmente festivo.
La subida al mirador es bastante llevadera y de camino puede visitarse la Iglesia de Santa María con su Monumento a Maria Immacolata.
Para terminar el día y hacer un poco de tiempo hasta que tocara tomar de nuevo el tren, recorrí la orilla del río, crucé el Ponte Umberto I hasta llegar al Parco del Valentino. Es uno de los parques italianos más conocidos y el más famoso de Turín.
Como la tarde era soleada y el tiempo buenísimo, podía verse bastante gente. No lo recorrí entero por falta de tiempo pero aparte de albergar el Castillo del Valentino (hoy en día Facultad de Arquitectura) y el museo del Borgo Medievale, también puedes encontrarte estatuas de animales y divertidas farolas inclinadas dentro de una zona llamada Giardino Roccioso .
Otra opción para visitar la ciudad si tienes menos tiempo, es darte una vuelta en el autobús turístico; tiene paradas en los lugares más importantes y vas viendo Turín al tiempo que una audioguía te da datos interesantes sobre sus edificios y su historia.
Esa fue mi última noche en Milán. Al día siguiente dormiría y visitaría Pisa ¡antes de poner rumbo a Varsovia!
Si te ha gustado este post de Qué ver en Turín y vas a visitar más ciudades italianas, te invito a leer estos otros sobre Milán, Venecia, Islas de Venecia: Murano, Burano y Torcello, Bolonia, Verona, Pisa , Un día en el Lago di Garda, un recorrido en Roma por el Coliseo, el Circo Romano y parte del centro, y otro por el magnífico Vaticano.