Visitar Stonehenge era uno de esos sueños al abrigo de muchos otros en mi lista de cosas por hacer. Fue a la tercera vez en Londres en la que pude tacharlo, y como no, disfrutarlo por fin.
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CÓMO IR A STONEHENGE DESDE LONDRES O SALISBURY
Si tienes tu propio coche es sencillo, y podrás llegar al aparcamiento mismo del monumento. Más abajo te detallo más este punto. Nosotros no lo teníamos, así que desde la estación de London Waterloo (a la que llegas fácilmente en metro) tomamos un tren que nos llevó a Salisbury. Puedes comprar los billetes en la propia estación, aunque nosotros lo hicimos con antelación en la web de Thetrailine ya que nos salía más económico (pagamos 18 libras ida y vuelta).
Una vez en Salisbury, escogimos la opción de llegar a visitar Stonehenge mediante el autobús turístico de The Stonehenge Tour. Reservamos también las entradas con antelación en la web pero se pueden comprar al conductor. La parada es muy fácil de encontrar, ya que justo saliendo de la estación, doblas la esquina a mano izquierda y ya la ves.
El precio de estos buses va desde las 16 libras si solo quieres el recorrido hasta allí mientras te van contando cositas interesantes sobre el monumento, hasta las 38 si al bus le añades la entrada a Stonehenge, Old Sarum y Catedral de Salisbury. Nos decidimos por una intermedia de 31 libras que incluía la entrada a Stonehenge con audioguía.
Si quieres simplificar más, puedes reservar una visita guiada que te lleve y devuelva directamente a Londres en este enlace.
CÓMO VISITAR STONEHENGE POR TU CUENTA O CON UNA COMPAÑÍA
ENTRADAS, HORARIOS Y PRECIOS DE STONEHENGE
Si has llegado a Stonehenge en tu propio vehículo, tendrás que dejarlo en el parking. Este está separado del monumento por un paseo de unos 2’5 km a pie. El paisaje de todos modos es bárbaro, así que será una experiencia más dentro del recorrido. Tendrás que comprar la entrada una vez allí aunque por las colas, la gente aconseja comprarla con antelación. Puedes hacerlo aquí por 21 euros.
Si has llegado en el autobús del que te hablaba, éste te deja en el centro de visitantes. Allí también se encuentra el Museo de Stonehenge, la tienda de recuerdos, cafetería… Al bajar del bus te darán una audioguía y puedes realizar el trayecto que resta a pie, o en el bus transfer de la compañía (unos 5′).
Los horarios varían en función de la época del año en la que decidas visitarlo pero entre las 9.30h y las 16h estará siempre abierto. En verano el horario de cierre se alarga hasta las 19h.
NUESTRA VISITA A STONEHENGE
Qué queréis que os diga, en cuanto bajé del bus y lo vi más cerca me invadió una ilusión y una emoción… No son «4 piedras», como alguna vez he escuchado, es uno de los monumentos megalíticos que más interés han despertado a lo largo de la historia, y estaba ante nosotros.
Stonehenge es Patrimonio de la Humanidad y recibe la friolera de 1’3 millones de visitas al año. No puedes acceder directamente al interior del círculo, en 1978 tuvieron que acordonar la zona debido a la erosión e incluso al aparecer pintadas en las piedras, pero estarás muy muy cerca de él.
HISTORIA DE STONEHENGE
Su construcción dio trabajo a centenares de personas que a lo largo de más de mil años no solo tallaron y transportaron las piedras, sino que también crearon herramientas, cocinaron para alimentar a los trabajadores…
Lo más llamativo de Stonehenge son sus enormes bloques de piedra, colocados en círculo de forma estratégica entre los años 2500-3000 a.C; pero en toda esa zona hay restos tanto anteriores (de hasta 5000 años de antigüedad) como posteriores (se encontró por ejemplo un fuerte de la Edad de Hierro en la colina).
Si miras al suelo a tu alrededor, verás como bajo la hierba se intuyen foso y talud. De unos 110 metros de diámetro fueron construidos 500 años antes que el círculo.
Estando enfrente de Stonehenge tu curiosidad se va a disparar. Los bloques de piedra que se alzan ante ti son de dos tipos: por un lado, los «pequeños» de 3 toneladas cada uno son de arenisca azulada y fueron traídas por la costa y por el río desde las colinas de Gales, a más de 240 Km de distancia. Por otro, las grandes son de piedra sarsen. Pesan unas 300 toneladas e imaginaos la cantidad de madera y de personas que hicieron falta para traerlas exclusivamente por tierra. Lo que no me quedó claro es cómo fueron capaces de colocar los dinteles (esa piedra horizontal que une 2 verticales) a semejante altura. Es la única construcción de este estilo en el mundo que las conserva.
Las piedras eran talladas en el propio lugar, siendo alzadas después y rellenando bien los huecos que quedaban alrededor. La más alta de ellas roza los 7 metros, a los que hay que sumar los 2’5 que quedan bajo tierra. Casi nada. En aquel periodo todavía no había metal, por lo que usaban percutores que no eran más que herramientas también de piedra.
El círculo tiene 2 entradas. A la anterior llega el pasillo ceremonial, que se cree que conducía a lo largo de 3 km a un poblado cercano al río. En esta zona las piedras se ven mucho más talladas y pulidas que en la de la zona posterior. Igualmente especialmente talladas se ven las dos piedras más grandes, enmarcando con toda la intención al sol que cae sobre el altar en los solsticios de invierno.
¿PARA QUÉ SE USÓ STONEHENGE? HIPÓTESIS
Los Aubrey Holes, bautizados así en honor a su descubridor, son 56 hoyos de un metro de profundidad aproximadamente que se encontraron alrededor de las piedras. Parecía que habían sido diseñados para acoger columnas de madera o piedra, pero en su interior se hallaron restos de huesos humanos quemados. Hay también multitud de túmulos funerarios en toda la colina, por lo que todo indica que en su fase inicial Stonehenge podría haber sido un cementerio. En algunas de las tumbas más antiguas, donde los restos todavía se enterraban y no se incineraban, se encontraron restos del ajuar que acompañaba a los fallecidos. Objetos de hueso, azabache, bronce, oro…se exponen en el museo que encontrarás junto al centro de visitantes.
Otra de las hipótesis sobre el círculo piedra de Stonehenge, es que fuera un lugar para conmemorar el cambio de estaciones y el ciclo anual, celebrado por los pueblos neolíticos. Pudo ser utilizado como un calendario, para saber por ejemplo en qué época tenían que cultivar.
Bajo el suelo de Stonehenge se encontraron restos humanos que atribuyeron a personas de otras zonas, incluso personas con enfermedades poco comunes. Esto unido a que a la arenisca azulada se le asociaban propiedades curativas, también deja la puerta abierta a que pudiera ser un lugar de peregrinación, como un santuario de Fátima o Lourdes de nuestros días.
Otra hipótesis, aunque ya totalmente descartada por aparecer en la historia de forma mucho más tardía, es la de los druidas. Estos eran los sacerdotes de la Edad de Hierro de Gran Bretaña. Aunque rendían culto a la naturaleza, también se cree que realizaban algún sacrificio. Ya se sabe que Stonehenge no fue finalmente su templo, pero para ellos es un lugar sagrado con el conectar espiritualmente con sus ancestros y al que siguen yendo a celebrar los solsticios.
Si te ha gustado esta entrada de cómo visitar Stonehenge y dispones de más tiempo en la zona, te recomiendo sí o sí dedicarle unas horas a Salisbury. De ella te hablo en esta entrada donde te muestro también lo bonito que es el pueblecito más allá de la espectacular catedral de Los Pilares de la Tierra.
Si vas a pasar unos días en Londres, en estos enlaces te dejo información sobre los 13 imprescindibles que ver en Londres, lugares alternativos que ver en la ciudad, o en los alrededores del rascacielos más alto del Reino Unido: The Shard, que también te recomiendo visitar.