¿Has oído hablar de Binibeca, en Menorca? Yo tampoco, hasta que dos amigas y yo nos plantamos en la isla y una de ellas lo descubrió. Si te preguntas qué ver en Binibeca la respuesta es bastante sencilla: ¡todo! En esta entrada haremos un recorrido a través de sus calles, playa, fotos y su historia, que estoy segura de que te generará necesidades de viaje nuevas. 🙂
En este post
ORIGEN DE BINIBECA EN MENORCA
Binibeca es un pueblecito encantador en la costa sur de Menorca y dentro del ayuntamiento de Saint Lluís. Hay cierta discrepancia en cuanto a su origen: no hay duda de que se remonta a los años 60, pero mientras unos sostienen que es la recreación de un pueblo de pescadores de antaño, con el único objeto de atraer turistas, otros defienden que fue creado para servir como lugar de evasión e inspiración a pintores y otros artistas.
El caso es que nosotras llegamos a Binibeca un mes de septiembre marcado por la crisis del COVID. Entre este problema y el fin del verano y la temporada alta, no había aglomeraciones en la isla y dentro de lo malo, disfrutamos de unas vacaciones tranquilas y de una visita a Binibeca casi «privada».
Aunque a todas nos gusta, es especialmente mi amiga Bea la que suele buscar rincones que ver en los sitios que visitamos. Ella escanea la red, habla con otras amigas que ya pasaron por allí…y descubre perlas como esta.
QUE VER EN BINIBECA: DESCUBRIENDO BINIBECA VELL
No encontrábamos el corazón del pueblecito, y con razón, ya que Binibeca se extiende a lo largo de la costa ocupando 3 kilómetros. Durante el recorrido en coche veíamos urbanizaciones y viviendas muy bonitas, pero es en Binibeca Vell donde para mí estaba lo mejor. Si te preguntas cómo llegar a Binibeca, lo mejor es que tomes la salida que indica precisamente a Binibeca Vell.
Lo primero que ves al llegar a la zona de aparcamiento es una especie de plaza en la que encontrarás restaurantes, cafeterías, tiendas…y empezarás a atisbar alguna callecita y casa de cuento. Piérdete entre ese laberinto de viviendas de paredes lisas, formas suaves, encaladas de un blanco puro… Me llamó mucho la atención también que la mayor parte de sus tejados estaban pintados de blanco.
El recorrido por esos suelos adoquinados que visten calles estrechas, entre puertas y balcones de madera, alguna lavanda que crece en las esquinas, olivos y flores rojas en las plazas contrastando con el blanco de las casas…es una delicia. Había bastantes farolillos que me hacen pensar en lo increíble que debe de ser también verla iluminada de noche.
Este pueblecito de pescadores no sería lo mismo sin un puerto. Al lado del Club Náutico de Binibeca Vell, las embarcaciones se mecen tranquilamente sobre las aguas del Mediterráneo .
Durante el recorrido por Binibeca podrás ver también su iglesia.
No olvides que por mucho de cuento que parezca, es un pueblo real, en cuyas casas viven sus casi 200 habitantes. Transita en silencio por él, respeta su quietud y su descanso. Deben de estar un poquito hasta las narices de que los turistas pasemos por allí como si de una atracción se tratara, porque en las paredes podrás ver numerosos carteles que ruegan silencio. Alojarte aquí también es posible, ya que sí se alquila algún apartamento.
PLAYA DE BINIBECA: CALA BINIBECA, OTRA MARAVILLA DE MENORCA
Si el tiempo acompaña, no te pierdas el relajarte en las playas de Binibeca y el disfrutar de la calidez de sus aguas. Tras un paseo a través de un bonito pinar, llegamos a esta cala de arena blanca y agua turquesa.
Hubo una cosa que nos desagradó un poco y llamó la atención: en una parte de la playa, junto a las rocas y próxima a la orilla, olía como a agua termal, ese olor característico que recuerda al huevo cocido. Nos chocaba que un sitio tan limpio y bonito pudiera oler así, hasta que investigamos un poco.
Eso que llegaba a nuestra nariz arrugándola, es paradójicamente un indicativo de la buena salud de la playa. Existe una planta, la Posidonia Oceánica, que solo se reproduce bajo unas condiciones estrictas de luz, profundidad y transparencia del agua. Su presencia indica la calidad del mar, pero de la descomposición de sus hojas emana ese fuerte olor. De todos modos era un punto concreto de la cala y no me perdería por nada el conocerla.
Espero que te haya gustado este post sobre la bella Binibeca en Menorca; a mí me ha encantado redactarlo y recordar una visita tan chula como esta. 🙂 En los enlaces siguientes podrás encontrar información sobre otros lugares de Menorca que merecen mucho la pena como el faro de Favaritx o la bonita ciudad de Ciudadela.
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