Cuando descubrimos las maravillas que ver en Versailles, nos damos cuenta de que la Aldea de la Reina suele ser tan desconocida como increíble. Visitar los Dominios de María Antonieta, esposa de Luis XVI, es sumergirse de lleno en un cuento. Lagos, naturaleza, casitas rústicas que parecen dibujadas, vides, parras, bancos de madera, senderos, puentecitos de madera, huertos, un molino…todos ellos te harán sentir que has dado un salto en el tiempo y que caminas por una época no tan lejana.
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CÓMO LLEGAR A LA ALDEA DE LA REINA DESDE PARÍS
Para llegar a los Dominios de María Antonieta desde París, tendrás que coger el RER-C con dirección Versailles Rive Gauche. Necesitarás un billete especial que puedes comprar en cualquier estación de metro, ya que al salir de las zonas centrales de París, el otro no es válido y te supondrá una multa al llegar (pringada en primera persona…)
Se puede acceder a la Aldea de la Reina desde el Palacio Petit Trianon. La última vez que lo visité, el acceso era desde el Grand Trianon; te dejo el enlace de su web oficial para comprobar posibles cambios.
HISTORIA DE LOS DOMINIOS DE MARÍA ANTONIETA
María Antonieta y Luis XVI vivieron a finales del siglo XVIII y se unieron en matrimonio en Versailles, tratando de estrechar lazos entre sus dos países: Austria y Francia.
La Aldea de la Reina, forma parte de los jardines del Palacio Petit Trianon y su construcción fue ordenada por María Antonieta en 1783. La reina no era muy apreciada ni por la corte, ni por el pueblo, por lo que encontraba refugio en este pintoresco rincón.
LA ALDEA DE LA REINA. UN CUENTO EN PLENO SIGLO XXI EN VERSAILLES
He visitado esta suerte de lugar en 2 ocasiones, y en ambas me conquistó sin remedio. La primera vez que estuve en Versailles llovía a mares, y sin embargo, y en contra de lo que me sucede otras veces en esos días grises, no me podía sentir más feliz.
No exagero cuando digo que te sumerges en un cuento. Sigue leyendo y sigue estas líneas como si fueran ese mismo sendero que me llevó a mí a descubrirlo.
Caminando entre campos, vegetación y alguna que otra escultura, llegas a un lago rodeado de casitas de suaves colores crudos; escaleras, contras y balcones de madera; fachadas desgastadas por las que trepan enredaderas y parras, tejados cubiertos de ramas secas, cuidadas cercas también de madera y huertos en sus jardines….
La Casa de la Reina es el edifico central de la aldea. En ella la reina podía descansar durante sus paseos o recibir a sus invitados. Cuenta además con una cocina con su horno, su chimenea…y un calentador para los platos que venían del Palacio de Trianon.
La Torre de Marlborough o Torre de la Pesca es el edificio para mí más llamativo y servía como sala para el equipo de pesca. Justo al lado se encuentra la lechería, donde podían degustarse quesos, mantequillas…
Otros de los edificios que rodean este lago son el Molino o la Casa del Cuidador y el Palomar. En estas casitas se guardaban aves como gallinas, palomas, gallos…y también se encontraba el guardia encargado de velar por la seguridad de la reina. En todas ellas se pueden ver huertos súper cuidados donde se siguen cultivando tomates, lechugas, fresas, girasoles…
Más allá del lago, encontramos una auténtica granja con cerdos, ovejas, cabras, otro campo con caballos… Es una zona preciosa también si visitas Versailles con niños.
El Palacio y los Jardines de Versailles, sobre todo el día de las Aguas Musicales en que las fuentes se encienden y el agua danza al ritmo de la música clásica, son impresionantes, pero este rincón, tan sencillo en comparación y a la vez tan tan especial, es para mí también imprescindible, merecedor de una visita y uno de los rincones más bonitos que ver en Versailles.
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