A principios de este 2022 recuerdo perfectamente el sentimiento de ver como mi mundo estaba completamente del revés. Medio año después, (7 meses después del día D, de Dios Dónde me he metido), las cosas parecen calmarse a ratos, pero muchos días todo sigue patas arriba.
Yo pensaba que eso que había escuchado de la revolución hormonal del postparto a mí no me iba a afectar. «Psss, ¡con el embarazo tan bueno que había tenido!» Ay Fani, si estuvieras calladita…Fue la primera vez, de todas las que vendrían (y estoy segura de que vendrán), en que ese escupitajo que una vez lancé hacia arriba me entró de lleno en un ojo.
Llora porque no me puedo sentar, porque al final no sé ni qué hora es y no hemos comido, porque no quiero que venga nadie a vernos pero en 5 minutos ya me apetece, porque quiero que venga mi madre y refugiarme en alguien «de mi especie»… Qué valiente te veo de repente mamá, ya eras una heroína pero ahora comprendo tan bien todo lo que de verdad pasaste y te debo.
El primer mes es un verdadero infierno, y jo, habrá madres que tal vez lo lleven genial desde el día uno, pero a mí me ha costado lo mío poder empezar a disfrutar un poco y no limitarme solo a sobrevivir.
Antes de que llegara me moría de miedo: «no quiero sentir dolor», «no quiero dar a luz», «¿lo querré?». En fin… Jamás olvidaré la sensación de sentir por primera vez sobre mi vientre y mi pecho, ese cuerpecito húmedo justo cuando nació. «Qué tonta fui«, eso fue lo primero que dije cuando llegaste al mundo, pequeño, y sin ni siquiera verte, solo el sentirte llenó mi corazón de una ternura infinita.

Pasas de hacer medio ironman, tardes de bici y carreras con tus amig@s, de nadar 10 km de las islas Cíes hasta Vigo… a poder entrenar 2 o 3 días por semana en la habitación vacía de tu casa con un bebecito por el suelo mirándote (o agarrándote de los pelos como hagas algo lo suficientemente cerca).
Pasas de hacer puenting, paracaidismo, barranquismo, parapente…pensando que eran deportes de riesgo y adrenalina pal body, a ser madre. Eso sí que es un deporte de riesgo y que te deja al límite absolutamente en cada faceta de tu vida.
Podrás viajar, eso sí, a otro ritmo, pero esa pasión por suerte se mantiene. (Y quiero pensar que el resto también, solo se trata de retomarlas a medida que el percal en el que te ves inmersa vaya haciéndose más sencillo).
Pensaba en darle el pecho, no sé, ¿6meses? ¿1 año? Y ahora veo que es tan bonito y a la vez tan socorrido, porque sin él no sé ni cómo dormiría esas pocas horas, que va a mamar hasta que tenga 8 años como mínimo.
Al día siguiente de que la criaturita en cuestión naciera, alguien a quien aprecio muchísimo me dijo que lo disfrutara, que era un regalo maravilloso y un préstamo que la vida me hacía. Que sería su luz y su mundo, pero solo el tiempo suficiente para comenzar a construir el suyo propio.
Es mi labor hacer tu vida feliz, cargada de recuerdos positivos, experiencias agradables, de todo el amor posible… Repleta de las mejores herramientas y disposición que sea capaz de enseñarte para cuando ese momento llegue. Y de hecho, ese momento está sucediendo ya, a medida que tus piernecitas crecen y cada vez se mueven más, a medida que tus ojitos cada vez más despiertos observan y se cuestionan el mundo, a medida que las palabras (y los dientecitos) comienzan a brotar de tu boca.
Más allá de lo cómico, de las quejas, del agotamiento, del verse sobrepasada un día y al siguiente el ser más feliz y enérgico del universo… lo único que importan son esa sonrisa y esa risa que roba inevitablemente la mía, esa mirada sincera y pura, inocente, y este sentimiento de amor incondicional e infinito que siento por ti. Soy una mami cansada, a veces superada, agobiada… pero soy tu mami y no podría haber tenido mayor fortuna en mi vida por ello.❤
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